Recorrida guiada, trabajos y ronda de diálogo

La Comunidad Indígena Punta Querandí se sostiene domingo a domingo. Sumate a las actividades en el territorio ubicado en el límite de Tigre y Escobar, epicentro de los barrios privados responsables de la destrucción de enterratorios ancestrales y de miles de hectáreas de humedales continentales.

El domingo 5 de noviembre confluyeron varios grupos pequeños que llegaron a Punta Querandí desde diversos intereses. Todas estas personas, en su mayoría presentes por primera vez en el territorio, hicieron la recorrida guiada y se sumaron con mucho entusiasmo a las labores habituales, que en esta oportunidad estuvieron centradas en la huerta, el quincho y el monte.

En la huerta se prepararon las guías para las tomateras, se hizo repiquete de albahaca y se sembraron girasoles, continuando así con las tareas realizadas el domingo 29 de octubre.

En el quincho de paja, se avanzó con el tejido de la cumbrera, con mucha participación de los visitantes.

En el monte se continuó con el objetivo de reestablecer el equilibrio ambiental de este sector: una de las prioridades durante las próximas semanas es eliminar una plaga de enredaderas exóticas que atenta contra la naturaleza autóctona y en especial impide el crecimiento de árboles como el sauce, cuya utilización es vital para la comunidad.

Como todos los domingos, después de compartir el almuerzo se realizó la recorrida guiada por el Museo Autónomo de Gestión Indígena y cada uno de los espacios significativo del territorio, entre ellos el Opy (templo guaraní), donde Rossi Benitez del Pueblo Mbya de Misiones y vecina de Tigre, junto a su hermana Olga, explicaron su función y parte de la cosmovisión originaria.

Para las 5 de la tarde, los distintos equipos de trabajo fueron cesando en sus tareas y volvieron a agruparse bajo el quincho en una ronda de diálogos, mates y merienda, donde cada uno de los grupos compartieron los motivos de sus presencias en el territorio.

“MÁGICO Y SANADOR”

Santiago Fredes -un antiguo amigo de Punta Querandí- y Antonella Andreoletti vinieron acompañando a Cana Bilir-Meier, una mujer alemana de raíces turcas que se encuentra en Buenos Aires haciendo una residencia artística llamada URRA. Ella buscó conectarse con culturas originarias en su objetivo por traducir a lenguas indígenas algunos poemas de su tía Semra Ertan, escritora migrante que en 1982 se prendió fuego en protesta contra la xenofobia en el país germano.

“Visitar Punta Querandí fue mágico y sanador, ver el museo, el templo, la diversidad ecológica, los compromisos educativos y sociales, la historia de la tierra. Pero también aprender sobre la injusticia y el dolor que los indígenas tuvieron que enfrentar», manifestó Cana.

«La lucha y resistencia para recuperar el lugar me hizo consciente de cómo este proyecto no solo tiene el poder de imaginar un mundo mejor e igualitario, sino también de implementarlo colectivamente. Son modelos a seguir para empoderar a las generaciones presentes y futuras. ¡Gracias por todo!”, agregó.

Julian Dos Santos, Santiago Campeni y María Jose Rodriguez son estudiantes de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la UBA y eligieron Punta Querandí para un trabajo de la materia Ambiente y Sociedad.

“Agradecemos la oportunidad que nos dieron de compartir la experiencia de un día de trabajo en la comunidad de Punta Querandí. Nos vamos súper contentos y con muchos conocimientos de toda la conflictividad que hubo por poder recuperar este territorio ancestral», relató Santiago Campeni.

Lolo y Sara son del Colectivo Left Hand Rotation de Portugal y se encuentran en Buenos Aires filmando sobre la destrucción de los humedales y conociendo espacios de resistencia. «Muchas gracias por la acogida, por vuestra lucha, por el tiempo compartido, por hacernos sentir unx más. Ha sido un regalo estar allí con vosotrxs! Volveremos!».

Claudia Segovia conoció Punta Querandí a fines de octubre como profesora de la Escuela Nº25 de FONAVI (Escobar) y regresó al territorio con su amiga y colega Adela Becerra, ambas con sus hijas. «Quise volver a colaborar con ustedes, el lugar te da tranquilidad y paz. Las nenas soltaron la tecnología y jugaron”, relató Claudia, quien valoró poder participar en los trabajos y relacionarse con personas de distintas culturas, profesiones, lugares y países. «Me encantó que a la hora de la merienda hicimos una ronda y todos contamos porqué fuimos a Punta Querandí”, señaló la docente.

El trabajo colectivo ha sido el eje fundamental para lograr el reconocimiento de los derechos de la Comunidad Indígena Punta Querandí y la protección del sitio sagrado. Como cada domingo, invitamos a sumarte a estas jornadas. Para ver lo realizado durante los últimos meses, entrá a https://puntaquerandi.com/category/jornadas-comunitarias.

FRUTOS DE DOS DÉCADAS DE LUCHA

La conformación de la Comunidad Indígena Punta Querandí se inició a partir de la aparición de restos arqueológicos que hicieron visible la destrucción de enterratorios milenarios por el avance indiscriminado de los barrios privados de “Nordelta” y “Villa Nueva”, los cuales arrasaron los humedales continentales en una zona ancestralmente habitada por querandíes, chanás y guaraníes.

A casi dos décadas de este hecho, se obtuvieron varios triunfos:

En 2020, se firmó con el Municipio de Tigre el Convenio de Propiedad Comunitaria de Punta Querandí y se formó la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar.

En 2021, se concretaron las primeras restituciones y reentierros de restos humanos ancestrales en el Gran Buenos Aires y los cursos de idiomas indígenas financiados por la Intendencia, que además otorgó un local de ventas en el Puerto de Frutos para colaborar en el desarrollo económico de las comunidades.

En 2022, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas aprobó la restitución de 42 ancestros y ancestras del sitio Arroyo Sarandí, espacio milenario destruido en los ’90 por Nordelta, y declaró «sitios sagrados» a Punta Querandí y La Bellaca.

En 2023, el Registro Provincial de Comunidades Indígenas inscribió la personería jurídica de Punta Querandí.