«Toda una diversidad cultural unida por un mismo respeto y amor a la tierra»

El domingo 25 de agosto, la Comunidad Indígena Punta Querandí invitó a participar de una jornada de ofrendas, agradecimiento y celebración en su territorio, sitio sagrado de los pueblos originarios ubicado en el límite de Tigre y Escobar, epicentro de los barrios privados responsables de la destrucción de enterratorios ancestrales y de miles de hectáreas de humedales continentales.

Cobertura fotográfica: Nicolás Parodi

Como parte de una lucha continental de reafirmación territorial y espiritual, Punta Querandí es uno de los muchísimos lugares en donde, durante el mes de agosto, un sector numeroso del movimiento indígena realiza las ofrendas a la Pacha, una de las ceremonias más relevantes para diversos pueblos originarios como kollas, quechuas, aymaras y diaguitas, entre otras nacionalidades preexistentes al Estado Nacional.

Las actividades de esta importante convocatoria comenzaron pasado el mediodía, minutos después de la llegada de un micro gratuito cedido por la Municipalidad desde Tigre centro, colmado de personas de distintos puntos del área metropolitana bonaerense.

En primer lugar, los integrantes de Punta Querandí y la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar se presentaron en una ronda alrededor de la Apacheta (lugar de ceremonias de la cultura andina), agradeciendo por la presencia de tanta gente y explicando el origen de la lucha en defensa de este territorio sobreviviente a los barrios privados, así como los distintos logros alcanzados.

Este año la celebración se da en un contexto económico y político muy complejo: con más del 70% de la población en la pobreza según algunas estimaciones y un ataque permanente a los derechos de los pueblos originarios desde el gobierno nacional.

Pese a eso, en nuestro territorio tenemos motivos para celebrar porque mantenemos el ritmo de actividades entre el trabajo colectivo, los talleres de recuperación de oficios tradicionales y las visitas guiadas con instituciones educativas. Además, desde la Unión de Pueblos Originarios logramos incrementar a seis los cursos de lenguas indígenas que financia el Municipio de Tigre.

En esta ocasión, la responsabilidad de guiar la ceremonia estuvo en manos de Elizabeth Vargas Lazcano (integrante de fraternidades de la colectividad boliviana) y el referente qom Santiago Chara del Consejo de Ancianos de Punta Querandí. Ambos hicieron una sahumada a toda la asistencia e invitaron a iniciar las ofrendas de alimentos y bebidas en un pozo realizado en la Apacheta que horas después volvería a ser tapado con tierra y piedras.

Después de este momento ritual, compartimos un almuerzo comunitario elaborado con mucha dedicación que, como es costumbre, no se vendió sino que todos y todas dejaron aportes solidarios para contribuir a la gestión del territorio.

Fue luego de este intervalo que comenzó un festival con danzas tradicionales y folklóricas de Sudamérica y otras propuestas musicales y artísticas. El punto de partida lo dio la Comunidad Los Morenitos, con sede en el Municipio bonaerense de Moreno, con un repertorio de zamba, bailecito y carnavalito.

La presencia por primera vez de Los Morenitos en el territorio se tejió a partir de Dayana Carrizo, una de sus bailarinas y estudiante del curso de quechua del Municipio de Tigre, uno de los triunfos más significativos de la Unión de Pueblos Originarios. De hecho, muchas de las personas presentes se vincularon a Punta Querandí a partir de las clases de quechua, qom, guaraní o moqoit.

«El haber compartido una jornada tan sentida y valiosa culturalmente nos llenó de emociones, de fuerzas y de entusiasmo para seguir siendo parte de encuentros que fomenten y fortalezcan lo ancestralmente transmitido por los Pueblos Originarios. Construimos y creamos lazos de camino, resistiendo y dando lucha para que la cultura originaria siga siempre viva con amor y respeto», subrayó Dayana.

La propuesta artística siguió con Lucas Vargas, folklorista santiagueño, y con Yamila Colombo Borlenghi, conocida por su nombre de fantasía Payasa Titania, con su espectáculo de magia y clown destinado al público más pequeño.

A continuación, disfrutamos de un potente segmento de danzas del Cono Sur con sus vestuarios tradicionales.

Primero compartimos bailes de Paraguay protagonizados por Liliana Amarilla, Noemí Ocampos y Yéssica Rodríguez, vecinas de Tigre y todas ellas parte vital de las clases de lengua guaraní, donde primero comenzaron a participar como estudiantes y luego formaron un equipo docente junto a Verónica Gómez, la responsable de este curso desde 2021.

En el micrófono, Noemí fue una de las personas que remarcó el triunfo que significó la enseñanza de estos idiomas y, en este segundo cuatrimestre de 2024, la incorporación de dos cursos más.

Luego compartió: «Fue mi primera celebración a la Pachamama. Lo que lo hizo único es que se celebró en una tierra que tiene sus historias con nuestros ancestros, en un lugar sagrado rodeado con distintas culturas originarias, con nuestros hermanos que se acercaron a compartir este momento tan profundo y lleno de energía. Toda una diversidad cultural unida por un mismo respeto y amor hacia la tierra», remarcó la vecina de Benavidez.

Inmediatamente después llegó el turno de las danzas de morenadas y llameradas de Bolivia, interpretadas por un grupo de amigos de distintas fraternidades que se unen en cada una de las celebraciones de Punta Querandí. Este vínculo comenzó en los últimos años a partir de la participación de dos de ellas en el curso de quechua: Mariela Condorí y Elizabeth Vargas Lazcano, a quienes en esta oportunidad se le sumaron Kelly y Nicole Chambi Alvarez, Hugo Ramos, Melva Soarez y Omar Maciel.

Sin pausa, llegó el esperado momento del Ballet de danzas andinas «Ayllu Taki» del Municipio de Hurlingham, quienes interpretaron dos ritmos: betanceño y tinku.

Laura Salcedo es la profesora del ballet y manifestó: «Somos comunidad que danza, gracias a una compañera, La Pocha andina, bailarina, tuvimos la oportunidad de ir por primera vez y nos encantó. La sensación que nos queda es de plena alegría, de paz. Pudimos dar nuestra ofrenda a la Pachamama en Punta Querandí, ese territorio sagrado que tiene mucha historia. ¡Quedamos muy alegres!»

La presencia de la Unión de Pueblos Originarios estuvo representada de diversas formas. Durante toda la jornada las personas tuvieron la posibilidad de comprar las artesanías de cerámica y madera de Amancio Rojas, del Pueblo Toba-Qom y de distintos artesanos y artesanas que ofrecen sus productos a través del local de ventas de la Unión de Pueblos Originarios en el Puerto de Frutos de Tigre.

En la ronda inicial también brindó unas palabras Cintia López, cacica de la Comunidad Qompí de Garín; una de las voceras de la Unión y recientemente electa delegada del Pueblo Qom de la Provincia.

«Los pueblos milenarios ancestrales siempre han defendido la tierra sabiendo que allí está la vida, la medicina, el abrigo. Lamentablemente los roqshecpi (criollos) han buscado de aniquilarla y aniquilar a quienes la defienden y por eso más que nunca tenemos que unirnos, seguir defendiéndola y honrándola», expresó la autoridad qom, nieta de Salustiano Romualdo, uno de los testigos del histórico juicio por la verdad que condenó al Estado Nacional por genocidio a raíz de la Matanza de Napalpí ocurrida en 1924 en la provincia de Chaco.

Otros sectores representados fueron los movimientos sociales, a través de Comunidad Milpa (Movimiento Popular Los Pibes) y del Frente Popular Darío Santillán de Tigre, ambos integrantes de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP).

Luz Acosta, una de las referentas del Frente Popular Darío Santillán de Tigre, expresó: «En este contexto tan difícil para nuestro pueblo, de tanto dolor, donde parece que todo se puede comprar y vender, la verdad que te llena de orgullo conocer sobre la lucha que dio y sigue sosteniendo la comunidad de Punta Querandí. En el epicentro de los barrios privados pudieron dar una lucha para recuperar las tierras que le pertenecen. En el mes de la Pachamama nos enseñan la importancia de resistir ante la destrucción y cuidar lo más importante que es nuestra comunidad».

En el tramo final del festival artístico, la vecina de localidad de Dique Luján, Cintia Arévalo, compartió dos huaynos y una vidala con mucha convicción y emoción; y llegó el turno de la Comunidad Sikuris Truenos y Fuego quienes llevaron sus melodías alrededor de la Apacheta, dando pie a otro de los momentos centrales de la jornada: cuando entre todas las personas se tapó con tierra y piedras la boca de la Pacha.

Testigo activo de estos acontecimientos desde hace más de una década, el operador técnico de la jornada volvió a ser Lucas Caterberg, del Colectivo Cultural de Ingeniero Maschwitz, organización que colaboró con una parte de los equipos de sonido (la otra parte fue aportada por la Municipalidad de Tigre).

“El lugar está re lindo y es como un santuario: Punta Querandí te hace recordar para qué uno hizo el esfuerzo en ciertas luchas, que a veces uno lo olvida en la vorágine de la subsistencia», sintetizó el compañero.

Con cada ceremonia, Punta Querandí reafirma con esperanza sus objetivos de reparación histórica. Si bien hubo varios triunfos en los últimos años, el camino recién comienza y se construye semana a semana a través de los trabajos comunitarios, las visitas guiadas y los talleres de oficios tradicionales para seguir descolonizando la historia y el presente.

Más información: https://puntaquerandi.com/frutos-de-dos-decadas-de-lucha/