Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
A pesar del contundente rechazo evidenciado en la audiencia pública, el Municipio le otorgó la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) al proyecto inmobiliario Santa Ana, según confirmaron integrantes de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Dique Luján y Villa La Ñata, quienes se mostraron sorprendidos por la celeridad de la decisión gubernamental.
Por Tigre al Día
Vecinos se oponen desde febrero pasado a las obras del futuro country de la empresa EIDICO.
10/07/2019
Para dar detalles sobre la aprobación del expediente, autoridades municipales mantendrán un encuentro con integrantes del grupo de habitantes de la zona que desde febrero pasado realizan periódicas protestas en oposición a las obras del futuro country de la empresa EIDICO.
Durante la reunión convocada para mañana, funcionarios y vecinos también abordarán el proyecto de ordenanza que el gobierno municipal se comprometió a enviar al Concejo Deliberante para impedir la realización de otras urbanizaciones de este tipo en los últimos humedales de Dique Luján, Villa La Ñata y una parte de Benavídez.
En caso de que finalmente la norma fuese aprobada, las noticias serían una de cal y otra de arena para los vecinos.
Audiencia pública
Cabe recordar que el 16 de mayo en el Museo de la Reconquista se llevó a cabo la audiencia pública que había dejado como saldo el contundente reclamo de los oradores para que el Municipio no le otorgue la DIA al proyecto Santa Ana, que EIDICO ya construía en el predio conocido como “La Bellaca”, ubicado entre Villa La Ñata y Benavídez.
El encuentro fue encabezado por el secretario de Gobierno, Mario Zamora, junto a otras autoridades municipales, y contó con una larga lista de expositores, entre ambientalistas, profesionales, vecinos y representantes de organizaciones políticas y sociales, quienes se sucedieron para brindar sus argumentos en contra del nuevo country. Profundización de las inundaciones y los anegamientos, avasallamiento de enterratorios de pueblos originarios, desprecio hacia los pobladores preexistentes, falta de respeto a la identidad local y destrucción del característico ecosistema del humedal fueron los puntos más reiterados.
En sus presentaciones, los tres enviados de EIDICO sostuvieron que cumplieron con todos los trámites necesarios para poner en marcha la obra en el predio de 70 hectáreas y explicaron que las lagunas artificiales que se instalarán en la urbanización absorberán el agua de lluvia, por lo que no provocarán inundaciones en las zonas aledañas. En sus participaciones leídas, ninguno mencionó la palabra “humedal”, como les remarcó luego el experimentado ambientalista Martín Nunziatta.
Precisamente, el reconocido vecino isleño fue le primer orador tras las explicaciones de los representantes de la empresa. En sus consideraciones, no dudó en califica al emprendimiento inmobiliario Santa Ana como un “crimen hidrogeológico”, cuestionó por “extemporánea” la realización de la audiencia pública cuando ya la empresa arrasó con el humedal a través de los movimientos de tierra y descalificó la explicación de que las lagunas van a impedir las inundaciones.
Nunziatta se encargó de pasar entre los presentes una fotografía del terraplén de dos metros que la constructora levantó a mediados de febrero en el perímetro de “La Bellaca”, con el que tapó una zanja y ocupó la banquina del camino de acceso a Villa La Ñata.
Otro de los participantes fue el concejal Javier Parbst, de Unidad Ciudadana, quien en tono enérgico se dirigió a los representantes de Santa Ana: “Pongan mañana las palas y devuelvan la zanja a los vecinos. Son unos soberbios, hace tres meses que les estamos reclamando. Además, se cagan en los funcionarios del Municipio que les ponen multas”.
Además, el edil expresó: “¿Hasta cuándo vamos a tolerar las injusticias? Nosotros como vecinos y el Municipio. Es momento de poner un freno y Santa Ana es una buena oportunidad para hacerlo”.
“Los vecinos de Santa Ana ya tienen agua potable y todavía no están las casas. Y los de las calles El Faro e Isla Verde, que desde hace años la están pidiendo, ven pasar el caño por la esquina”, agregó el concejal para graficar una de las tantas situaciones de inequidad que conlleva el modelo de desarrollo urbano imperante en el distrito desde la década del 90.
A su turno, el vecino Lucas Redondo señaló: “No estamos en contra de Santa Ana, estamos en contra de todos los santos”, en alusión al complejo Villa Nueva de EIDICO, compuesto por varios countries que homenajean con sus nombres a hombres y mujeres destacados para la Iglesia Católica.
Otro residente de décadas, Guillermo López Galán, dejó en claro: “Mi calidad de vida cambió, todo lo que había ya no está”, con relación a la transformación que sufrió la zona por el desembarco de los negocios inmobiliarios.
Por su parte, la habitante de La Ñata, Araceli López, remarcó que la obra de Santa Ana tapó el Canal Benavídez y recordó la inundación de 2014, cuando estuvieron “con el agua en el pecho durante una semana”. También apuntó a las autoridades y pidió que “sean responsables de los permisos que dan para que no se destruyan los humedales nunca más”.
Por la Comunidad Indígena Punta Querandí, Pablo Badano fue el encargado de introducir el reclamo por la preservación de los enterratorios de pueblos indígenas encontrados en La Bellaca y puntualizó que si bien se informó oficialmente sobre la existencia de tres sitios arqueológicos, en realidad fueron cinco los encontrados, según los estudios a los que recientemente tuvo acceso.
“Ante cada estudio arqueólogico o hallazgo de un sitio, las comunidades indígenas deben ser consultadas, sobre todo cuando se definen los protocolos de manejo. Como no lo hicieron, los estudios arqueólogicos son ilegales y los tienen que volver a hacer, por lo cual el Municipio no puede aprobar la declaración de impacto ambiental hasta que esto no se resuelva”, indicó Badano.
En tanto, la secretaria de Derechos Humanos del Suteba Tigre, Virginia Baldo, destacó: “Apoyamos el reclamo de las comunidades indígenas y exigimos que se respete el ambiente y se frene el negociado inmobiliario que destruye identidades culturales y naturales”.
En dicha oportunidad, también tomaron la palabra el delegado local de la Defensoría del Pueblo provincial, Juan Crotti, y el titular de la Agencia de Hábitat municipal, Federico Ugo. Salvo los representantes de EIDICO, todos los expositores habían rechazado el proyecto Santa Ana, al que ahora el Municipio le dio vía libre con el otorgamiento de la Declaración de Impacto Ambiental.