Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
La Comunidad Pluriétnica de Punta Querandí organizó un gran encuentro para conmemorar el inicio del “campamento”, una decisión crucial para proteger un sitio sagrado que disparó un proceso de múltiples reivindicaciones en el marco de la disputa con el mayor negocio inmobiliario del Gran Buenos Aires: los barrios privados náuticos. Estas reivindicaciones parecían utopías pero, con mucha paciencia y la guía de los ancestros, se transformaron en realidades y en políticas públicas.
Cobertura fotográfica: Leo Crovetto y Nicolás Parodi

El 15° aniversario del inicio del acampe de Punta Querandí tuvo una potente convocatoria con unas doscientas personas llegadas desde distintos puntos del conurbano bonaerense, el domingo 23 de febrero. Una semana antes, un temporal ocasionó varios destrozos en el territorio y en la previa hubo pronóstico de tormentas. Esto, sumado a la suspensión del servicio de tren desde Retiro a Tigre, parecía complicar la llegada de la gente, más allá de la facilidad de tener un micro gratuito cedido por la Municipalidad desde el centro del distrito. Nada de eso ocurrió.
Cerca de las 13 horas, se formó una ronda frente al Museo Autónomo de Gestión Indígena donde los integrantes de Punta Querandí y de la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar, dieron unas palabras de bienvenida, manifestaron su alegría por el encuentro y resumieron los logros cosechados, desde el Convenio de Propiedad Comunitaria hasta los primeros reentierros de restos humanos de ancestros en el Gran Buenos Aires.
A continuación, se realizó la ceremonia del agua guiada por Santiago Chara, del Consejo de Ancianos de Punta Querandí, y Sunilda Fernández, quien participa de la atención del local que la Municipalidad de Tigre concesionó a favor de la Unión de Pueblos Originarios en el Puerto de Frutos, otro de los logros de los últimos años.
Una vez concluida la ceremonia fue el momento del almuerzo comunitario, por el cual la gente dejó aportes voluntarios para apoyar los proyectos autogestivos; y comenzó un festival que contó con los equipos aportados por la Municipalidad de Tigre y el Colectivo Cultural de Ingeniero Maschwitz.
La música reflejó como pocas veces el espíritu pluricultural del territorio, con interpretaciones de excelente nivel pero además con una gran diversidad cultural.
Entre otros artistas, contamos Alba Llalec (grupo vocal-instrumental de música de la región selvática), Cheuke Pu Lof (Nación Mapuche) acompañado por el poeta Marcelo Quispe, Savia Ancestral (música latinoamericana), De Tanto Lejos (músicas tradicionales y populares de los Andes Centrales) y el Mono con su Folk rock, que fue el primero en romper el hielo después del almuerzo. También hubo danzas de Bolivia con Elizabeth Vargas Lazcano y sus nietas, y bailes de Paraguay con las profes de guaraní Liliana Amarilla, Noemí Ocampos y Yéssica Rodríguez.
“UN FARO DE ESPERANZA”
Durante toda la tarde tomaron la palabra referentes de numerosos espacios indígenas de la provincia de Buenos Aires, quienes destacaron la importancia de Punta Querandí para visibilizar la preexistencia originaria en estas latitudes.
El Ayllu Mink’akuy Tawantinsuyupaq dijo presente con varios de sus integrantes, entre ellas Amankay Trino, vecina de Pilar, quien tuvo un rol importante en Punta Querandí entre 2009 y 2010.
“Me encantó el respeto hacia la diversidad y el encuentro en estos momentos de tanto individualismo, es un faro de esperanza, salí re contento y me duró toda la semana la alegría”, manifestó Rumi Sardinas, kuraqaq (autoridad) del Ayllu y representante del Pueblo Kolla – Qheshwa en el Consejo Indígena de Buenos Aires (CIBA).
“Fue una jornada muy integral, donde estuvieron presentes nuestra espiritualidad, la música y las lenguas de los distintos pueblos, eso me pareció muy fuerte”, señaló Rumi.
Mayra Juárez, docente indígena del conurbano, miembro de la Red de Memoria India de Buenos Aires y una de las fundadoras de la Agencia de Comunicación Mistura, señaló que “Punta Querandí ha cosechado importantes victorias siendo punta de flecha para otras luchas indígenas en Buenos Aires”.
Pero sumó: “Un aspecto poco comentado es el rol que cumplió en la recuperación y/o fortalecimiento de las identidades indígenas en la urbanidad. Como una escuela, Punta Querandí ha incidido en la formación de líderes y referentes indígenas locales (en el área jurídica, territorial, educativa y comunicacional)”, remarcó Mayra.
La comunicadora indígena Laura Zalazar (Kolla) compartió una mirada similar y rememoró los inicios del trabajo comunitario para resguardar el sitio sagrado.
También tomó la palabra la profesora de guaraní Verónica Gómez, vecina de Quilmes, para hacer un anuncio en referencia a una etapa más reciente de la lucha: la creación de los cursos de lenguas originarias financiados por el Municipio de Tigre.
Vero, acompañada por todo el cuerpo docente de guaraní, comentó un nuevo paso adelante, con la incorporación de un «Nivel 3» para seguir profundizando en los aprendizajes, algo impensado una década atrás.
Por su parte, la abogada kolla Paula Alvarado Mamani, integrante de la Comunidad Tres Ombúes de La Matanza y asesora legal de Punta Querandí y de muchas comunidades hoy nucleadas en la red “Movimiento Plurinacional”, resumió con detalle los distintos golpes que la gestión de Milei asentó contra los derechos indígenas.
Y en ese marco, fue muy importante la presencia de la docente Mirta Millán, de la Comunidad Mapuche Urbana Pillán Manke de Olavarría. Ella denunció lo sufrido por su familia y la criminalización de los pueblos originarios en Chubut, Neuquén y Río Negro. Además, trajo el saludo de las comunidades mapuche tehuelche de Buenos Aires.
“UN LOGRO QUE CRECE DÍA A DÍA”
Otras presencias valiosas fueron las del gremio docente SUTEBA Tigre, un histórico aliado de Punta Querandí, y la Comunidad Agroecológica Milpa con sede en Ricardo Rojas, con quien se articula desde hace media década.
“A lo largo de estos 15 años han desarrollado una experiencia ejemplar en la recuperación, no solo de un espacio territorial, sino de la cultura y los saberes ancestrales, tan silenciados como opuestos al orden social injusto propio del neoliberalismo que tratan de imponernos y así continuar con los privilegios de unos pocos», manifestaron en el acto desde SUTEBA Tigre.
También llegaron saludos de la Comisión de Derechos Humanos Pancho Soares de Tigre y la Comisión de Familiares, Compañerxs y Amigxs de Ana María Martínez, una militante de izquierda secuestrada y asesinada por la última dictadura militar, cuyo cuerpo sin vida apareció el 13 de febrero de 1982 en Punta Querandí.
“El territorio ancestral fue custodio: el recuerdo de Ana perdura no solo en el monolito, también en el museo, y forma ya parte de un logro que crece día a día gracias a la labor que desarrollan”, remarcaron desde esta Comisión.
NO BAJAR LA GUARDIA
Con lucha, esfuerzo y constancia Punta Querandí se convirtió en un espacio educativo, de memoria y reivindicación cultural. Pero esta construcción colectiva se reafirma semana a semana: la única forma de garantizar los triunfos de los últimos años es nunca bajar la guardia. Si te interesa sumarte, te esperamos cada domingo.
















































