Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
El domingo 16 de diciembre despedimos el 2018 con una celebración que incluyó música, bailes, oradores, artesanías originarias y una muestra de fotos con un resumen de las actividades de los últimos doce meses. El encuentro reunió a muchas de las personas, referentes, comunidades y organizaciones que nos han acompañado durante este año occidental.
Fotos: Leo Crovetto y Punta Querandí
Luego de un intenso ciclo de lucha, crecimiento y resistencia, la Comunidad Indígena Punta Querandí invitó a compartir una jornada de festejo para evaluar y pensar lo construido.
Después de un almuerzo bajo el quincho y las zambullidas en el Canal Villanueva, dimos inicio al festival luego de una ronda de bienvenida y una sahumereada para conectarnos con los ancestros que guían nuestro caminar.
La música estuvo a cargo del abuelo mocoví Juan Navarro (de Berisso, La Plata), el dúo Nohaun (Tigre), la banda de sikuris San Alberto (La Matanza) y Rocío Zalazar (José C. Paz), cada uno de ellos con diferentes géneros y estilos. “Tomamos conciencia pero festejamos, esto es una fiesta”, agitaron los miembros de San Alberto.
Al cierre de la jornada se proyectó en el Salón Comunitario Cacique Manuá un corto documental sobre Punta Querandí elaborado por Leo Crovetto, quien hizo un seguimiento sistemático de nuestras actividades desde abril de 2018.
Los discursos entrelazados con la música dejaron valiosas y emotivas definiciones sobre la importancia de Punta Querandí y las expectativas de seguir conquistando derechos en la colonizada realidad del área metropolitana bonaerense.
Aquí, un resumen de las palabras que circularon durante la jornada.
LA FUERZA DE UMA
Una de las primeras en tomar el micrófono fue Jakeline Mariaca, mujer quechua-aymara que despidió las cenizas de su niña en Punta Querandí en marzo de 2018. “Los ancestros, las ancestras y Uma están poniendo mucha fuerza para que este lugar sea respetado”, dijo Jaki. “Uma forma parte de esta lucha, es una guerrera y sabe muy bien lo que está pasando aquí”, manifestó.
“Este lugar es sagrado, se siente, aquí hay una energía espiritual muy profunda”, agregó la mujer, que habló al lado de su madre Hilda, quien luego expresó: “Me siento muy feliz de venir acá y ver que estas personas con buen corazón cuidan este lugar para que nosotros vengamos y disfrutemos”. La abuela de Uma se despidió con firmeza: “En esta lucha vamos a ganar”.
«PENSÉ QUE NO IBA A VOLVER MÁS»
Los discursos no bajaron en intensidad y en emoción, por el contrario continuó Feliciano Ponce, un joven nacido y criado a pocos metros de Punta Querandí y desalojado por la empresa desarrolladora de countries.
“Yo nací y me crié acá, y mi mamá me contó que pasaba el tren por acá, lo paraba con la mano como un colectivo”, relató acompañado de su pareja y su bebé recién nacido. «Criábamos vacas y todo esto no estaba, no había nada» dijo señalando a los barrios privados. «Esto era un arroyito muy chiquito y se podía cruzar caminando para el otro lado», agregó.
«Este lugar para mí es muy importante, pensé que no iba a volver más, que iba a ser todo country y me enorgullece mucho estar ahora con todos ustedes y con mi familia, con mi hijo, que pueda crecer y aprender sobre esta historia de los Pueblos Originarios”, manifestó el muchacho.
“Si hubiese sabido esta historia habría sido diferente, por ahí hubiésemos peleado por la tierra con mi madre y mi familia, pero se lo llevaron todo”, contó Feliciano y concluyó: “Ahora hay que seguir peleando por este lugar, que es para nosotros, es de los Pueblos Originarios”.
«RECUPERAR OTROS LUGARES»
Siguió Cintia López, referenta de la Comunidad Hermanos Qompi de la localidad de Garín (Escobar): «Hoy vine con mis hijas, mi hijo, y como verán ya nos metimos al agua, algo tan simple pero que nos impiden todos estos emprendimientos inmobiliarios a los que llaman progreso, que perjudican a la naturaleza y a los vecinos».
«Alentamos los logros y los proyectos, que con la fuerza y el apoyo de cada uno de nosotros, de nosotras, esto salga adelante y podamos recuperar otros lugares que nos están quitando”, expresó Cintia López.
«ME RECUERDA A MI LUGAR DE ORIGEN»
Amancio Rojas trajo sus artesanías como es habitual, oficio que «aprendí de mi papá, de mi abuelo y yo me sustento de esto, tengo 63 años y no tengo ingresos». Durante el acto contó que es originario de Misión Laishi, a 70 kilómetros de la capital de Formosa, y es vecino de Ricardo Rojas (Tigre) desde hace muchas décadas.
Pese a que tenía invitaciones para llevar sus artesanías a ferias con mucha concurrencia, él prefirió venir a Punta Querandí: “Le tengo que hacer caso a mi corazón, yo prefiero estar con ustedes, compartir algo natural, porque me recuerda a mi lugar de origen. Nosotros vivimos en el campo, en el monte, tenemos una laguna donde cazábamos sábalos y eso es lo que extraño muchas veces”.
«Somos familia de campesinos y nunca olvidamos nuestro origen, nuestra lengua, nuestra creencia”, dijo Amancio, quien expresó: “Elijo Punta Querandí porque acá estoy espiritualmente con mi propia gente”.
«LA IDENTIDAD SE CONSTRUYE TRABAJANDO»
Luego de Amancio fue el turno de Leo Croveto, quien junto a Omar Bogado y Diana Peña aportaron una muestra de fotos del último año de lucha.
«Todas las veces que vine, lo único que hacen es trabajar, trabajar, trabajar. La identidad del territorio se la hace trabajando. Eso es lo que están haciendo con la construcción del Museo y de la Maloka”, señaló Leo, quien más tarde mostraría un pequeño documental.
«UNA CAMISETA MUY PESADA»
Otro originario que trajo sus artesanías es Roberto Díaz de la Comunidad Misión Chaqueña (Embarcación, Salta) y vecino de San Fernando. “La lucha indígena no es tan conocida en Buenos Aires. Punta Querandí marcó un antes y un después», resaltó el wichí. “Uno no vuelve a su casa como llegó acá, uno vuelve con otras cosas más”, describió.
Destacó Roberto que la resistencia sea “contra mega empresas”, mientras que de nuestro lado contamos con escasos recursos. “Ellos supuestamente tienen todo para hacernos en contra, pero nosotros los Pueblos Indígenas también tenemos estrategias. Podemos luchar con todo”, expresó.
“La lucha indígena es pesada, no es para una persona que se siente débil, es para ponerse la camiseta y avanzar, no importa si llueve, truene, lo que sea, es lindo embarrarse», señaló Roberto. Gran admirador del rugby, compara ese deporte con la lucha de los Pueblos Originarios: “Cuando uno patea la pelota ovalada no sabe donde va a caer, esa pelota hay que buscarla y eso es lo lindo, a veces uno se tropieza, se levanta con una sonrisa y seguimos adelante, uno demuestra la valentía que tiene».
LA BATALLA EDUCATIVA
Después de la proyección del video, Darío Juárez (guaraní) y Mariana Amaru Barrios (kolla) hablaron de la importancia del trabajo dentro de un sistema educativo «que está hecho para que no enseñemos nuestros orígenes, está hecho para que transmitamos otro tipo de cultura”, señaló Amaru, maestra de nivel inicial, miembro del Ayllu Sartañani y vecina de Hurlingham.
Si no se revierte esta situación, el día de mañana «van a estar nuestros hijos delante de esos profesores y les van a enseñar que los pueblos originarios son algo del pasado o simplemente como algo foklórico, que hacen ceremonias a la Pacha y no va más que eso», expresó Darío, estudiante del profesorado y vecino de San Fernando.
Ambos coincidieron que una batalla fundamental es contra los estereotipos, hacer entender a la sociedad que «los indios» usan zapatillas, pantalón de jean, celular y que pueden ser abogados, doctores, arquitectos o cualquier profesión.
“Uno tiene un cariño especial por Punta Querandí, es realmente un lugar importantísimo para nuestra cultura”, sintetizó Darío Juárez. Y Amaru agregó: “Este es el camino, cuidar estos espacios, cuidar nuestra identidad, transmitirla y continuarla”.
“Hay un poema que dice algo así: quién va a cantar nuestras canciones, quién va a contar nuestras historias, quien va a celebrar nuestras ceremonias. Y acá está Punta Querandí dando una respuesta a eso, para dejar bien sentado que estuvimos, estamos y tenemos la idea de estar mucho tiempo más en este territorio”, concluyó Darío.
Otros oradores del acto fueron un grupo numeroso de la Biblioteca Palabras del Alma de Pilar, con un importante trabajo en comunidades mbya guaraníes de la provincia de Misiones; y Luis Domínguez y Susana Chozza, alumnos del investigador Marcelo Valko en el Profesorado Altos de Pilar con sede de Maschwitz, quienes trajeron impresa su monografía sobre Punta Querandí.
UN BREVE BALANCE
Si bien la amenaza de desalojo sigue latente, han sido muchos los logros que nos han fortalecido en el 2018. El más reciente fue la victoria en el Concejo Deliberante de Tigre donde, por unanimidad, se declaró de interés legislativo municipal las actividades de la Comunidad Indígena Punta Querandí tras más de 10 años de lucha y trabajo.
Además en este ciclo hemos ampliado el Museo Autónomo de Gestión Indígena, inauguramos una Biblioteca y el Monumento a la Yaguareté, avanzamos en la construcción de nuestra Maloka -vivienda comunitaria- y aumentamos nuestra huerta. Recibimos a una decena de instituciones educativas y sumamos una nueva actividad fuera de Punta Querandí: el 14 de octubre llevamos a cabo junto a otras comunidades un acto de repudio a la colonización iniciada en 1492, reafirmando nuestra resistencia en la zona norte del Gran Buenos Aires.
Respecto a lo judicial, en abril y junio obtuvimos fallos a favor de la Justicia Penal de San Isidro rechazando el desalojo solicitado por el empresario Jorge O’Reilly, mientras que en el juicio civil fue importante el respaldo de la Comisión Provincial por la Memoria a través de su presidente el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Además, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) envió una nota al Juzgado recomendando la aplicación de la Ley 26.160 que prohíbe los desalojos.