Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
Más de un centenar de personas compartieron la ceremonia de bendición de los frutos maduros en el sitio sagrado de los pueblos originarios ubicado en el Paraje Punta Canal de Dique Luján (Tigre).
Cobertura fotográfica: Nicolás Parodi y Leo Crovetto
En cada una de estas celebraciones, Punta Querandí ratifica su fortaleza: ser un espacio de empoderamiento entre diversas naciones indígenas y de alianza con distintos sectores sociales. Este Ñemongaraí, el pasado domingo 22 de enero, volvió a corroborarlo con la participación activa de las parcialidades mbya, avá y tupí que componen la gran Nación Guaraní y la presencia de integrantes de los Pueblos Qom, Kolla, Quechua, Moqoit y Mapuche. Una jornada donde confluyeron distintas lenguas, cantos y danzas autóctonas, folklóricas y tradicionales: desde el tangará ceremonial al chamamé, chacarera, zamba, tinku, morenada, pim pim y muchas más.
Entre lo más emotivo estuvo la participación activa de integrantes del Pueblo Mbya Guaraní, quienes viven hace varios años en la localidad de Troncos del Talar en Tigre y se presentaron en la bienvenida junto a los anfitriones, cerraron la ceremonia con su danza tradicional y cantaron en el festival.
El contingente más nutrido de personas llegó al mediodía con un micro gratuito cedido por la Municipalidad, que además colaboró con los equipos de sonido. De a poco fueron cruzando el Arroyo Garín en el bote y trasladándose hasta Punta Querandí, sumándose a muchos y muchas que llegaron por distintos medios.
Sin más espera, se armó una gran ronda frente al Museo Autónomo de Gestión Indígena donde tomaron la palabra integrantes de Punta Querandí, así como miembros de familias y comunidades de Tigre y Escobar; y desde allí, el centenar de personas se dirigió hacia el fondo del sitio sagrado donde se levanta el Opy (templo de paja y barro), un ícono de la recuperación del territorio, cuya construcción fuera destruida en dos oportunidades por la empresa que intentó en vano adueñarse del lugar.
ÑEMONGARAÍ CON DANZA TANGARÁ
Un enorme círculo fue el marco para la ceremonia de bendición de los frutos, que trajeron muchos de los concurrentes. Primero, se invitó a la gente a agarrar los takuapú y mbaraká y se acompañó la música y el canto de Reinaldo Roa del Consejo de Ancianos de Punta Querandí, quien explicó la importancia de mantener vivas estas tradiciones. Junto a Gladis Roa de la Comunidad Mbo’ehâra Jasy Rendy, sahumaron con tabaco y yerba a todas las personas y las frutas reunidas en el centro de la ceremonia. Después se presentaron en comunidad algunos niños y niñas quienes fueron recibidos con el pulso de los instrumentos musicales.
Para concluir este ritual, uno de los más importantes del ciclo anual, tuvo lugar uno de los hechos mas relevantes de la jornada: tres mujeres mbya, Rosana Benítez, Tatiana Benítez y Priscila Alvarado, hicieron por primera vez en una ceremonia en Buenos Aires la danza tangará.
«Fue algo muy lindo lo que vivimos, estamos muy agradecidos por la invitación, es parte de nuestra cultura y nos animamos a hacer algunas cosas», señaló Rosi, quien también vino con sus otros dos hijos, Ramón y Natalia.
«Jaha jakaru!!» («a comer!!»), dijo Reinaldo y toda la gente fue a la entrada del territorio, bajo el quincho comunitario, a servirse diversos platos de comida preparada con mucha dedicación por integrantes de Punta Querandí desde la jornada anterior. Mientras algunos terminaban de almorzar, otras personas visitaban el Museo o compraban las distintas elaboraciones del local de la Unión de Pueblos Originarios y de los puestos armados por artesanos Amancio Rojas (del Pueblo Qom y vecino de Tigre) y Miguel «El Cheuke» Ferreyra (del Pueblo Mapuche y de la Comunidad Tres Ombúes de La Matanza).
FESTIVAL PLURILINGÜE Y VOCES DE LUCHA
«El Cheuke» dio inicio a la segunda parte de la jornada, con su repertorio de música mapuche y de pampa-patagonia; siguió con su potente mensaje la cantante y poeta de la lengua guaraní, Dolo Trenzadora, y después fue el turno de Cintia Arévalo, folklorista oriunda de Dique Luján, la localidad donde se asienta la comunidad.
«Punta Querandí es fundamental no solo para la reivindicación de los pueblos originarios sino también para las luchas ecológicas y sociales que lamentablemente hoy en día tenemos que seguir dando», expresó unos días después Cintia Arévalo, quien aseguró sentirse «muy movilizada, feliz y honrada de haber sido convocada». La artista aprovechó para hacer referencia a la defensa de los humedales y la oposición mayoritaria de la población al proyecto de construcción de una unidad penitenciaria en zona de bañados muy cerca de Punta Querandí.
Además de la música, fueron compartiendo sus palabras representantes de comunidades y organizaciones, como Tres Ombúes de La Matanza, a través de la abogada kolla Paula Alvarado Mamani, Jakeline Mariaka, Miguel Meza y Miguel «El Cheuke» Ferreyra, quienes resaltaron los puntos en común entre ambos espacios, muchos hermanos y hermanas que han estado en los inicios de la lucha o que han acompañado desde diferentes roles.
«Punta Querandí ha logrado jurídicamente situaciones que en la provincia son inalcanzables: el reconocimiento de la propiedad comunitaria, la recuperación y el reentierro de muchos ancestros que tienen derecho al buen morir en su lugar de origen; los avances con la identidad en el territorio tigrense, hoy los cursos de idiomas están fortaleciendo la identidad territorial; y un montón de logros más. Admiramos y tomamos como guía esta lucha», señaló Alvarado Mamani.
Ampliando la línea guaranítica, las primeras danzas comenzaron con Yéssica Rodríguez y su hija Bianca Rivero, quienes bailaron dos canciones tradicionales de Paraguay: Pájaro Campana y La Chiperita. Y continuó Luis ‘El Misionero’ Machado y sus amigos chamameceros, con un amplio repertorio en castellano y guaraní.
“VEO TODO LO CAMINADO”
También tomaron el micrófono algunas personas que no venían hace algunos años, como Kusi Ñawi, vecina de Escobar, profesora de lengua quechua y parte de la comunidad Mink’akuy Tawantinsuyupaq.
«Fue una alegría hermosa e inmensa poder compartir, no solamente por lo que representa la ceremonia de agradecimiento de los frutos en el momento de maduración, sino también por el estado de maduración de Punta Querandí como comunidad, como organización», manifestó. «Veo todo lo caminado, tanto esfuerzo, tanta constancia, tanto trabajo de comunidad para que hoy el sitio esté como está, para que la memoria de los abuelos esté conservada como está», observó la mujer quechua.
Sus palabras abrieron camino a la música andina, que estuvieron a cargo de Mariela Condorí del Pueblo Kolla y militante del Frente Popular Darío Santillán de Tigre, con la danza tinku y luego unas morenadas acompañada por Elizabeth Vargas, que rompieron con la timidez del público: personas adultas pero también niños y niñas se sumaron a los bailes.
Después llegó Walter Martiarena con canciones de rock, que fue la antesala a otro de los momentos más emotivos de la jornada.
«RECUPERAR LO QUE NOS QUITARON»
Tatiana Benítez, una de las mujeres del Pueblo Mbya Guaraní, preguntó si podía cantar en el festival y así se gestó la creación de un grupo con Priscila Alvarado en takuapú, Reinaldo Roa con la guitarra y Darío Juarez con el mbaraká. Fueron hasta el Opy para preparar una canción: «Rojû mbory gûi» («Venimos de lejos»), que más tarde ante la ovasión tuvieron que interpretar dos veces y también sumaron otro tema: «Ajû ñe’e marangatú» («Ven espíritu»).
«Como mamá estoy muy contenta por ellas, para Pris fue la primera vez de cantar en público», expresó Rosana Benítez, quien agregó: “Queremos volver muy pronto a Punta Querandí, ese lugar es como tiene paz, una tranquilidad”.
«Estamos tratando de recuperar bosques y lo que nos quitaron», dijo Tatiana en el micrófono con una mezcla de timidez y valentía.
Las emociones no cesaron, porque ahora fue el turno de las zambas y chacareras, a cargo de dos vecinas de Garín: Anahí Gutiérrez de la Comunidad Qompí Hermanos/as Tobas y Nora Amarilla, de raíces guaraníes.
Más cerca del cierre de esta extensa jornada, llegó el momento de Mati García y los del viento, un grupo de rock nacional que le dio nuevos aires al festival, preparándolo para un final a puro ritmo de carnaval jujeño.
Así, llegó el momento de la fiesta de la Comunidad Arete Guasu, un grupo de pim pim formado por familias avá guaraní con sede en Laferrere, La Matanza.
La pincelada final estuvo en manos de Paloma Bórquez Galloso, vecina de Maschwitz proveniente del norte de Chile, quien con los últimos minutos disponibles compartió una copla.
LA ALEGRE REBELDÍA
El mburuvichá (cacique) de Arete Guasu, Alejandro Borja, quien además es delegado del Pueblo Guaraní en el Consejo de Participación Indígena (CPI), expresó: «La jornada fue maravillosa, escuchamos diferentes lenguas y compartimos nuestras danzas tradicionales, con el sonido característico de los mbya guaraní al comienzo en la ceremonia y cerrando con el pim pim».
En un sentido similar, Darío Juárez, representante guaraní en el Consejo Indígena de Buenos Aires (CIBA), expresó que «esta celebración demuestra nuestra presencia y la identidad indígena en la provincia».
«Fue un día de alegre rebeldía en un espacio de resistencia como es Punta Querandí, que ha contagiado a otros para continuar la lucha en Buenos Aires», remarcó Darío, quien durante el acto tomó la palabra junto a Gladis Roa, anciana de su comunidad.
Mientras que Cintia López, de la Comunidad Qompi y una de las voceras de la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar, definió el sitio sagrado como «un territorio de lucha rodeado de barrios privados que no sólo roban la tierra y el agua sino que han destruido los cementerios de nuestros ancestros».
«Veía a las nenas bailar con esa libertad, me emociona porque quisieron negar nuestras ceremonias y sin embargo nuestros abuelos y abuelas resistieron», expresó la referenta del Pueblo Qom, profesora de historia y vecina de Garín.
Otros oradores y oradoras fueron Roxana Marihuan (Mapuche), Daniela Paniagua (Guaraní) y Beatriz Alor (Quechua), todas ellas docentes en el Gran Buenos Aires; Amancio Rojas del Pueblo Qom y vecino tigrense; Víctor Quillaqueo del Delta y del Pueblo Mapuche; y Sandra Vargas (quechua).
Con esta potente celebración, recargamos nuestras energías para continuar la lucha por nuestros derechos, con la fuerza que nos brinda la unidad entre los pueblos originarios.