Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
En el 2006, en una actividad por el Día del Indio Americano en la ciudad de Garín, el joven originario del Impenetrable Chaqueño escuchó de la existencia de restos arqueológicos de la comunidad querandí. En esta nota recuerda aquellos tiempos y pide a los arqueólogos consultar a los indígenas.
Con 23 años, Dante Farías había llegado a Buenos Aires con la idea de probar suerte con la música y las artesanías. Vivió en varios lugares, como la comunidad toba de Derqui (Pilar), hasta que afincó durante algunos años en Ingeniero Maschwitz, Escobar.
El 19 de abril de 2006, Graciela Satalic le contó la historia de un cementerio milenario que estaba en peligro por los barrios privados. Y a partir de ahí se convirtió en una de las piezas claves de los primeros años de la lucha.
Dante comparte sus impresiones sobre el primer día que caminó por el terreno, conocido como Punta Canal, entre el arroyo Garín y el Canal Villanueva, luego conocido como Punta Querandí. “Todo bañado, mucha fauna, el lugar casi intacto, había muchas piezas, puntas de flecha», recuerda sobre lo que vio. «Yo sentía que se iba a perder mucha historia y que había que reivindicarlo, hacer valer lo originario», resalta.
Si bien el Movimiento en Defensa de la Pacha surgió tres semanas después de la excavación arqueológica de diciembre de 2008, el joven qom recuerda que ya mucho antes varios referentes indígenas se habían comprometido con el sitio.
Graciela y Dante mencionan una ofrenda que se efectuó entre el 2006 y el 2007. Aquel día estuvieron además Eduardo Pincén (José C. Paz), del pueblo tehuelche, y Corimayo (Malvinas Argentinas) del pueblo kolla.
“Corimayo dijo que era un lugar sagrado y que había que hacer una ceremonia a la Pachamama para honrar a los ancestros”, recuerda Graciela. “Fuimos hasta la desembocadura del Garín en el Villanueva, se abrió un hoyo en la tierra, se hizo una ofrenda y se invocó a los ancestros para que lo protegan”, hace memoria.
Dante, por su parte, completa: «Corimayo y Pincén propusieron hacer ceremonias para que la gente empiece a interiorizarse y saber que existe el lugar”.
El originario chaqueño fue uno de los baluartes del acampe de 2010 hasta que se volvió a su paraje natal, El Colchón. Pero desde allá hace fuerza y acompaña desde la distancia.
Dante se suma al reclamo para que los arqueólogos consulten a los indígenas. “Sacan sin permiso, ojalá tengan en cuenta lo que se está pidiendo, hay que pelearlo”.
Y concluye con toda una definición sobre la campaña de rescate acordada entre Daniel Loponte y Jorge O’Reilly: «Para ellos, arqueólogos y la empresa, la excavación fue buena, pero para nosotros fue perder y destrozar nuevamente una historia avasallada».