Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
El territorio sagrado y educativo de Punta Querandí fortalece la identidad no sólo de los integrantes de la comunidad que la habita, sino también de los vecinos de la región. Unos 25 estudiantes de la Escuela Secundaria 27 del barrio La Paloma, de la localidad tigrense de El Talar, nos visitaron el viernes 15 de septiembre junto a sus profesoras de lengua y literatura. «Mucha gente si viniera acá abriría los ojos y se daría cuenta de quién es uno realmente», señaló una de las alumnas. «Estuvo bueno cuando nos sentamos a hablar sobre nuestros orígenes y nuestros apellidos, y que no somos todos de Europa”, expresó otro de los chicos.
El viernes 15 de septiembre, desde las 9 hasta las 15 horas, fue una gran alegría recibir a la comunidad educativa de la Escuela 27 de La Paloma. Luego de dar la bienvenida a los visitantes en una ronda, los alumnos se presentaron y muchos se sumaron a la propuesta de decir de dónde eran sus orígenes. Así pudimos escuchar sobre las raíces de sus familias, mayoritariamente de distintas provincias y países vecinos. Luego recorrieron las distintas construcciones de Punta Querandí, compartieron el almuerzo y se despidieron no sin antes sacarse una foto con la bandera de resistencia al desalojo.
La profesora Marta Ocón fue una de las personas que contó sobre sus ancestros aborígenes. “Mi papá era de Catamarca, mi mamá de Córdoba, por parte de mis abuelos eran descendientes de españoles, pero de mis abuelas eran de pueblo originario, diaguitas o quichuas. Y por parte de mi abuela materna eran comechingones y después descubrimos que podrían ser saravirones», narró la docente que desde hace 20 años es vecina de la localidad de El Talar. «Voy siempre a Traslasierra (Córdoba), están los morteros, las piedras que vos descubrís en el río, son nuestras raíces. Siempre lo tuve presente. Mi papá tenía una carita redonda, como los aborígenes del norte», relató.
Aldana Muñoz, otra de las profes, contó que conocía la lucha de Punta Querandí por haber sido compañera de colegio de una de las integrantes de la comunidad. “Los seguía en la página, sabía a qué se dedicaban, pero no sabía que se podía venir con los alumnos”, contó Aldana, que se enteró de las visitas de escuelas por otra profesora del colegio, Gabriela Balbuena, quien pocos días antes había hecho una recorrida con estudiantes de la Escuela 7 de Rincón de Milberg.
“Pedí permiso en la escuela y traje este grupo porque todo el tiempo se conversa el tema de la identidad en la adolescencia. Encontrarse con sus raíces en esta etapa de su vida es algo que los va a marcar y los va a constituir con más fortaleza para enfrentar sus responsabilidades y responder a las demandas del sistema», agregó Aldana.
¿Cómo vio a sus alumnos? «Hoy los vi entregados a esto, realmente, contentos, sensibilizados», señaló Aldana Muñoz. Por su parte, Marta Ocón agregó: “Decidimos acompañar porque los alumnos también son de sexto y habíamos estado hablando el tema de desaparecidos y de los pueblos originarios. Yo los vi sorprendidos, porque esta realidad no la conocían”.
¿Qué incidencia tiene Punta Querandí en este proceso de construcción de la identidad en los adolescentes? Aldana responde: “Aporta que ellos vean de cerca algo que piensan que es remoto, lejano, que vean que está acá. Los veía cuando Reinaldo los llevó a la casita (al Opy) y le preguntaban cosas, se sentían como que ‘¡somos parte de esto!'».
LA VOZ DE LOS ALUMNOS
Hacia el final de la visita conversamos con tres estudiantes que expresaron un muy fuerte sentido de pertenencia. Karen relató: “Yo tengo sangre guaraní así que estoy re orgullosa de dónde vengo, no me da vergüenza decirlo. Hay muchas personas que ocultan su origen, fingiéndose ser algo que no son. Conozco mucha gente que viene del campo, o tiene orígenes de Paraguay y le da vergüenza decirlo. A mí me da orgullo tener la familia que tengo”.
-¿Puede ayudar Punta Querandí a promover ese orgullo?
-Sí, obvio, porque llegas acá y lo sentís, lo vivís. Mucha gente si viniera a Punta Querandí abriría los ojos y se da daría cuenta de quién es uno realmente.
Otro alumno se acerca con ganas de dar su opinión y se lo ve muy feliz. “Es la primera vez que vengo acá, cuando llegamos tuvimos que cruzar en un bote porque el puente estaba roto y fue algo emocionante”, señaló Luis Díaz, sorprendido de la cercanía con su barrio, La Paloma. “Venimos en micro y no queda lejos del lugar donde vivo, estuvo bueno cuando nos sentamos a hablar sobre nuestros orígenes y nuestros apellidos, y que no somos todos de Europa”.
Sobre la presencia de las culturas originarias, Luis declaró: “Yo sabía que había distintos pueblos indígenas en Argentina y Sudamérica, y que había gente que todavía luchaba por sus tierras que les son arrebatadas, pero es distinto conocerlos en persona”.
Por último, este joven compartió su propia historia: “Mi abuela es de Santiago, tengo familia que es indígena de parte de mi papá, así que tengo algo de sangre indígena”, contó sin ninguna vergüenza. “Hay que estar orgulloso del origen y de la identidad que tengas, y hay que luchar por lo que crees», fue su mensaje final.
Karen agregó: “La verdad una experiencia re linda poder enterarse de estas cosas, porque uno como que vive en una burbuja. No conocía que en Tigre había culturas indígenas, pensé que era algo de antes, no sabía que estaban todavía. Vamos a seguir participando con la profe Aldana que quiere volver”.
Gonzalo Torres, otro alumno, aportó: “Punta Querandí me dejó con más ganas de conocer mis orígenes porque la verdad que no se mucho. Me gustó la charla que nos hizo Reinaldo (cuando fuimos al Opy), nos hizo conectarnos más con nosotros mismos, nos informó acerca de lo que hacían anteriormente y para qué hicieron la casa de barro. También nos dijo que teníamos que sonreir siempre”.
EL PROBLEMA DE LA DISCRIMINACIÓN
La discriminación dentro del aula es una de las problemáticas del sistema educativo. “Recuerdo en mi adolescencia que había una crueldad con el boliviano, con el paraguayo, un insulto era ‘paraguayo’, de hecho en otras escuelas se sigue usando como insulto pero en esta escuela no existe eso”, relató Aldana.
A pesar de esto, las dos profes coincidieron que en la Escuela 27 de La Paloma no se vive tanta discriminación, posiblemente por estar en una zona de fuerte presencia de familias de las provincias y de países vecinos, con una o dos generaciones nacidas en el territorio. Sin embargo, muchos ocultan su identidad por miedo. “Es por vergüenza, porque se subestima al originario, se dice que vinieron a traernos algo mejor, hasta hace poco se festejaba el 12 de octubre”, dijo Aldana. «El argentino se quiere identificar con lo blanco o con lo europeo, por eso muchos reniegan y esconden sus raíces».