Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
Dos veces por semana el sitio sagrado ubicado en la desembocadura del Arroyo Garín y rodeado de barrios privados, recibe escuelas del Gran Buenos Aires con diversas realidades sociales y económicas.
El miércoles 15 de septiembre, el territorio ancestral de los pueblos originarios localizado en el Paraje Punta Canal de Dique Luján (Tigre) fue visitado por un grupo de alumnos y alumnas de José León Suárez, pertenecientes a la Escuela Técnica de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
«En Tigre la exclusión de las costas y la población es por los barrios privados; en José León Suárez es por el basural, la CEAMSE. Son distintas razones pero somos una tierra de sacrificio», explicó la docente Teresa Pérez en la ronda de presentación que se realiza para dar inicio a cada visita educativa en Punta Querandí. Allí agregó que «venimos a conocer sobre la cultura y los orígenes más ancestrales de nuestra Cuenca».
La mayoría de los estudiantes era de 6º año y realizan un proyecto para el Programa Jóvenes y Memoria, llamado “El río tiene memoria”; mientras que otros eran de 4º y son miembros del Club de Radio de la escuela.
«Estamos investigando el Reconquista: los milicos nos prohibieron la salida al río, tenemos el basural del CEAMSE, en la esquina de la escuela pasa un arroyo», describió Teresa, a cargo de la materia ‘Proyecto de intervención comunitaria’, quien estuvo acompañada por el profesor Jorge Orué de Ciencias Naturales y la Coordinadora Socioeducativa de la escuela, Dana Torres.
Según la docente, uno de los aspectos que más impactó en sus alumnos fue la reivindicación del idioma guaraní como algo ancestral de Buenos Aires, ya que gran parte de la comunidad educativa tiene algún vínculo con hablantes de esta lengua.
«Para nuestro barrio el que habla guaraní es el paraguayo que vino a vivir al conubano. El planteo de que es una lengua nativa nuestra y que en todo caso el migrante es el español generó bastante repercusión”, describió la profesora.
Presente entre los visitantes, Ricardo se radicó en José León Suárez hace cinco años proveniente desde su Paraguay natal. «Se me reseteó la máquina», le confió el joven a la docente. Teresa explicó: “Estaba muy conmovido porque descubre un origen milenario en estas tierras complementa urbanas”.
Por otro lado, la profesora subrayó que el proceso de resistencia de Punta Querandí generó empatía en sus estudiantes: “Les resulta muy familiar porque en nuestro barrio todo es lucha”, manifestó. Y puntualizó que “les interesó mucho todo lo que hicieron para recuperar y reenterrar los restos humanos de sus ancestros”.
Finalmente, destacó que “Punta Querandí, el Museo y las construcciones tradicionales de paja y barro son claves para no ver a los pueblos originarios como algo de la Revista Billiken y lejanos a nuestras realidades”.
Las visitas de establecimientos educativos continuarán con intensidad durante el resto de octubre y noviembre, sin lugar para atender más colegios. Esta realidad impone evaluar cómo obtener los recursos económicos necesarios para aumentar la cantidad de escuelas que se pueden recibir por semana durante el 2023.
FRUTOS DE DOS DÉCADAS DE LUCHA
En los últimos tres años se concretaron varios triunfos para Punta Querandí y el movimiento indígena. A fines de 2019 se logró la ordenanza de protección de humedales continentales en conjunto con la Asamblea de Dique Luján y Villa La Ñata. En 2020 se firmó el Convenio de Propiedad Comunitaria y se formó la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar. En 2021 se lograron las primeras devoluciones y reentierros de restos humanos ancestrales en el Gran Buenos Aires y los cursos de idiomas indígenas financiados por el Municipio de Tigre, que además otorgó un local de ventas en el Puerto de Frutos para colaborar en el desarrollo económico de las comunidades.
Estos avances se alcanzaron casi dos décadas después de los hechos que despertaron la conformación de la Comunidad Indígena Punta Querandí: la aparición de restos arqueológicos haciendo visible la destrucción de enterratorios indígenas por el avance indiscriminado de los barrios privados de “Nordelta” y “Villa Nueva”, que arrasaron los humedales continentales en una zona ancestralmente habitada por querandíes, chanás y guaraníes.