Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
Con el objetivo puesto en la reconstrucción del quincho, el sitio sagrado de los pueblos originarios tuvo una jornada de corte de paja brava con una importante participación de un grupo de adolescentes scouts de La Plata y otras visitas que vinieron por diversos motivos.
Fotos: Belén Spadavecchia y Punta Querandí
El último domingo 23 de octubre, una veintena de mujeres del Grupo Scout San Jorge arribaron desde la capital bonaerense para dar un «servicio» (trabajo comunitario) y adentrarse en la historia, las tradiciones, los reclamos y los triunfos de la Comunidad Indígena Punta Querandí, localizada entre Tigre y Escobar, a 100 kilómetros de La Plata.
También participaron por primera vez personas de lugares más cercanos, como un compañero de Hurlingham que busca reencontrarse con sus raíces originarias y una vecina de Rincón estudiante del Instituto de Formación Docente Nº117 de San Fernando. Ella vino acompañada por su profesora Cecilia Naumec, quien durante muchos años trabajó en la Escuela Secundaria Nº16 de Dique Luján.
«Estar en Punta Querandí después de 6 años me generó cierta conmoción; pensaba en el tiempo y en el compromiso que llevan las luchas por aquello que se cree justo», explicó Cecilia, quien brindó un apoyo importante en una etapa crucial: los inicios del campamento en 2010; y subrayó los reconocimientos «del derecho al territorio, como sitio sagrado, como lugar de resistencia y de memoria, y los reenterratorios de los cuerpos (de los ancestros)».
«Visitar el Museo, la Maloka, esa imponente Yaguarete, compartir el almuerzo, el trabajo en la huerta… Habla del crecimiento de la comunidad basado en el trabajo coherente y sostenido de todos estos años», evaluó Naumec. Y manifestó: «Punta Querandí es más que un espacio, es una experiencia: nos remonta a lugares de la historia, de la política, de la naturaleza, lugares colectivos y compartidos».
Después del almuerzo y de finalizar la recorrida guiada por el territorio comunitario, todas las personas acompañaron los trabajos previstos: mientras un grupo participó del corte de paja brava, otro realizó se dedicó a juntar sustrato del bosquecito para la huerta e intercambiaron sobre la importancia de la alimentación saludable y de la producción agroecológica.
La adolescente scout Josefina Michlig, integrante del «equipo Querandí» que forma parte del espacio de mujeres «Tüpasy Oesape» de la Rama Caminante (entre 14 y 17 años), impulsó la visita en el marco de un proyecto solidario al encontrar información sobre Punta Querandí en internet y redes sociales.
«Nos encontramos con una realidad durísima por el tema de los countries, todo lo que les costó (defender el lugar) y el poco territorio que les quedó. Nos impactó cómo lo usan para volver a sus raíces, para conectarse con ustedes», evaluó.
Josefina agregó: «Estoy muy feliz, me fascinó tener la posibilidad de conocer la realidad, sus historias, ver los restos arqueológicos. Nutrirnos de toda esa información nos va a servir muchísimo y estamos agradecidas. Superó las expectativas y ojalá podamos volver».
Además de las reliquias arqueológicas, despertaron una gran admiración las edificaciones tradicionales con los materiales del lugar: «Nos voló la cabeza cómo se autoabastecen para las construcciones, la realidad es que somos de la ciudad y es imposible cruzarte con una casa hecha de barro o de paja que vos mismo cortás».
Por su parte, una de las responsables del grupo scout, que se identificó como Cebra Espontánea, expresó: «Hermoso es ver todo lo que lucharon y aguantaron para lograr lo que poseen. Ojalá sigan creciendo y puedan lograr todo lo que se propongan».
«Gracias Punta Querandí por recibirnos tan amablemente. Valió la pena semejante viaje, aprendí muchas cosas que no sabía y me encantó ver a las chicas tan metidas y comprometidas», amplió Cebra.
«No me quería ir, se sintió mucha armonía y sobre toda muchas ganas y pasión de compartir», manifestó la referente scout.
Las próximas semanas el territorio seguirá atravesado por las actividades de construcción, mantenimiento, producción y las visitas de establecimientos educativos de toda la región bonaerense.
UBICACIÓN
La Comunidad Indígena Punta Querandí se encuentra entre la calle Brasil, el Arroyo Garín y el Canal Villanueva, en el Paraje Punta Canal, en el límite de las localidades de Dique Luján (Tigre) y Maschwitz (Escobar), Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del Río Luján.
Advertencia: hasta lograr la apertura del camino perimetral del barrio privado San Benito, la única manera de llegar es por la calle Brasil, cruzando el arroyo Garín con un bote de uso vecinal.
Acceder a mapa: goo.gl/IzkVrT
Cómo llegar con transporte público: https://puntaquerandi.com/como-llegar/
Nos encontramos a:
– 18 km de la estación de tren de Tigre
– 6 km de la Autopista Panamericana (Bajada Maschwitz – Boulevard Villanueva)
– 5 km de las Islas del Delta del Paraná (Canal Villanueva y río Luján)
– 1 km de la Ruta 26 y calle Brasil (Punta Canal)
Consultas: (011) 1544041382 – contacto@puntaquerandi.com
FRUTOS DE DOS DÉCADAS DE LUCHA
En los últimos tres años se concretaron varios triunfos para Punta Querandí y el movimiento indígena. A fines de 2019 se logró la ordenanza de protección de humedales continentales en conjunto con la Asamblea de Dique Luján y Villa La Ñata. En 2020 se firmó el Convenio de Propiedad Comunitaria y se formó la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar. En 2021 se lograron las primeras devoluciones y reentierros de restos humanos ancestrales en el Gran Buenos Aires y los cursos de idiomas indígenas financiados por el Municipio de Tigre, que además otorgó un local de ventas en el Puerto de Frutos para colaborar en el desarrollo económico de las comunidades.
Estos avances se alcanzaron casi dos décadas después de los hechos que despertaron la conformación de la Comunidad Indígena Punta Querandí: la aparición de restos arqueológicos haciendo visible la destrucción de enterratorios indígenas por el avance indiscriminado de los barrios privados de “Nordelta” y “Villa Nueva”, que arrasaron los humedales continentales en una zona ancestralmente habitada por querandíes, chanás y guaraníes.