Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
El sitio sagrado Punta Querandí atraviesa semanas de una nutrida agenda marcada por la visita de establecimientos educativos de Tigre y Escobar.
El viernes 19 de agosto, un grupo de alumnos y alumnas de cuarto año de la Escuela Secundaria Nº 14 «Heroínas de Malvinas» de Tigre conoció el territorio ancestral de los pueblos originarios ubicado en el Paraje Punta Canal de la localidad de Dique Luján.
La visita fue impulsada por la docente Laura Otamendi, a cargo de la materia Salud y Adolescencia: «Relatar en el aula el ejemplo de lucha de Punta Querandí no es lo mismo que vivenciar con les alumnes esa construcción colectiva en territorio», manifestó la profesora, quien ponderó «la resistencia de los pueblos indígenas frente al olvido como dueños legítimos de espacios ancestrales usurpados por multinacionales o emprendimientos inmobiliarios de barrios privados construidos alrededor».
El grupo llevó a cabo una visita que se extendió entre las 11 y las 15 horas, donde conocieron el Museo Autónomo de Gestión Indígena y las distintas construcciones tradicionales, la huerta, el Monumento a la Yaguareté, los senderos y el Taller de producción, además de compartir un buen guiso.
«Siempre sorprende cómo va creciendo la Comunidad Indígena Punta Querandí», comentó Otamendi, quien ya organizó dos visitas educativas al territorio: en 2019 con la Secundaria N°22 de Las Tunas y en 2018 con la Nº7 de Rincón de Milberg.
«La energía particular del lugar se complementa con la historia expresada en el Museo, que da cuenta de que hoy a más de 15 años se pudo lograr que Punta Querandí se declare como propiedad comunitaria”, describió Otamendi y señaló otros logros obtenidos que son visibilizados en este espacio educativo, como “el reentierro de cuerpos como parte de una mínima reparación para con nuestros hermanxs indígenas, la construcción de diferentes lugares sagrados y la inauguración de un local del Puerto de Frutos de Tigre para la venta de artesanías».
En relación a su materia, la profesora explicó que esta experiencia “nos lleva una vez más a reflexionar sobre qué territorio queremos, qué tipos de vínculos saludables y comunitarios en armonía con la naturaleza debemos construir. Pero también muestra que la salida es colectiva”, concluyó la profesora.
Así mismo, la educadora señaló que cada ciclo “es una nueva oportunidad retrasmitir la importancia de la construcción colectiva de nuestras identidades socioculturales y de género».
Además, se preguntó: «Cómo construir una sociedad más justa si no nos repensamos como un estado plurinacional contemplando las diferentes culturas».
Y para fomentar ese reconocimiento, es necesario «reflexionar sobre las relaciones desiguales de poder que naturalizan un sistema capitalista y patriarcal que destruye con el afán de obtener mayores ganancias en detrimento de los derechos humanos, fomentando no solo el ecocidio y terricidio sino también el racismo», concluyó Laura Otamendi.
FRUTOS DE DOS DÉCADAS DE LUCHA
En los últimos tres años se concretaron varios triunfos para Punta Querandí y el movimiento indígena. A fines de 2019 se logró la ordenanza de protección de humedales continentales. En 2020 se firmó el Convenio de Propiedad Comunitaria y se formó la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar. En 2021 se lograron las primeras devoluciones y reentierros de restos humanos ancestrales en el Gran Buenos Aires y los cursos de idiomas indígenas financiados por el Municipio de Tigre, que además otorgó un local de ventas en el Puerto de Frutos para colaborar en el desarrollo económico de las comunidades.
Estos avances se alcanzaron casi dos décadas después de los hechos que despertaron la conformación de la Comunidad Indígena Punta Querandí: la aparición de restos arqueológicos haciendo visible la destrucción de enterratorios indígenas por el avance indiscriminado de los barrios privados de “Nordelta” y “Villa Nueva” arrasando los humedales continentales en una zona ancestralmente habitada por querandíes, chanás y guaraníes.