Territorio comunitario, ancestral, sagrado y educativo de los Pueblos Originarios. Desembocadura del Arroyo Garín en el Canal Villanueva, Partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Humedales continentales del río Luján.
Celebramos la Semana de los Pueblos Originarios con distintas propuestas para mostrar la realidad ancestral y el presente indígena de Tigre. Por segundo año, la Comunidad Punta Querandí de Dique Luján y la Comunidad Qom Cacique Ramón Chara del barrio Arroyo El Claro de Benavidez, organizamos un Festival en la plaza central de esta localidad. El lema fue «No somos el pasado».
Cobertura fotógrafica de Matías Pombo
Desde las 14 hasta las 19 horas, la Plaza central de Benavidez, ubicada en Alvear e Ituzaingó, fue sede del «II Festival de las Culturas Originarias» en ocasión de la Semana de los Pueblos Indígenas que deriva del establecimiento del 19 de abril como Día del Indio Americano en 1940.
Luego de una ceremonia y ronda de presentación, fueron entregando su repertorio la banda Wayra Puni, el conjunto de danzas Tinkunakuy de Morón, la bailarina Rosana Pecchia con su grupo y Karli Stu. Un agradecimiento especial para todos ellos y también a Mel Schneider y Gaby Pérez De Simone del Centro Cultural El Bondi de Maschwitz (Escobar), quienes trajeron los equipos de sonido.
La idea del Festival no era hacer un «espectáculo artístico» sino mostrar la presencia de los pueblos indígenas en la actualidad. Con ese objetivo, se realizaron talleres de lengua y cultura guaraní, a cargo de Darío Juárez y Reinaldo Roa, y de cestería con totora, actividad guiada por Santiago Chara, referente de la comunidad qom de Benavidez.
«Me alegró mucho, me trajo recuerdos de las cosas que hacía con mi viejo, se enganchó mucha gente y en el taller de guaraní también, estaban muy atentos», manifestó Santiago Chara, vecino de Benavidez desde la década del ’60.
Otra presencia valiosa fue del artesano qom Amancio Rojas, vecino de Parque San Lorenzo (Tigre), quien trajo sus trabajos elaborados con totora, hojas de palma y arcilla. También estuvo acompañando el artesano Roberto Díaz del pueblo wichí y vecino de San Fernando, quien muy pronto estará iniciando un taller de arte con maderas en el territorio sagrado y educativo Punta Querandí.
Durante la jornada contamos las novedades de la lucha de la comunidad de Punta Querandí y convocamos a participar no sólo los próximos domingos de trabajo comunitario, sino en especial el 14 de mayo cuando se realizará la inauguración del Museo Autónomo de Gestión Indígena.
También se juntaron firmas a favor del cambio de nombre del «Paseo Victorica» de la costanera del río Luján en Tigre, rechazando el homenaje al responsable de la campaña militar al Gran Chaco (1884), el General Benjamín Victorica.
«Hacemos visibles nuestras culturas Qom, Quechua, Guaraní, Wichí y Querandí en el espacio público para dar a conocer nuestra existencia y reclamos que no son atendidos por las autoridades», planteaba la convocatoria al Festival.
«No somos el pasado: exigimos el respeto a nuestros lugares sagrados, idiomas, prácticas religiosas, artes y cosmovisiones», agregaba. «También hacemos un llamado a todos los vecinos de la región con raíces indígenas: es el momento de reconocernos, basta de discriminación, luchemos por nuestros derechos».
COMPLICACIONES CON LA LUZ
El Municipio de Tigre sacó el enchufe que había en el anfiteatro de la Plaza, con el único objetivo de limitar las manifestaciones culturales en el espacio público.
Ante esta situación, consultamos al cura de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, ubicada a 50 metros, si nos dejaba conectar la luz con un alargue, ofreciéndole un aporte económico por los costos que tanto se han encarecido. Sin embargo, el párroco se negó y llamó a a Delegada de Benavidez, Margarita Bourilhon, quien también dijo no estar enterada de ninguna actividad.
Finalmente pudimos resolver el acceso a la energía eléctrica gracias a una familia vecina que, a pesar de nuestra insistencia, no quiso aceptar ningún aporte económico. Lo que sí recibieron en agradecimiento fue un libro muy recomendado por Punta Querandí, «Aguas de Puma», novela histórica ambientada en Buenos Aires en 1536 que retrata el mundo de los pueblos originarios querandí, guaraní y chaná, en tiempos de la primera conquista (fallida) de Pedro de Mendoza.