De Ricardo Rojas a Punta Querandí para «reconstruir la historia oculta que es nuestra verdadera herencia»

Adolescentes del Centro de Atención Integral (CAI) San Juan Bautista recorrieron el sitio sagrado de los pueblos originarios, ubicado en el límite de Tigre y Escobar, epicentro de los barrios privados responsables de la destrucción de enterratorios ancestrales y de miles de hectáreas de humedales continentales.

Las visitas educativas son uno de los ejes fuertes de trabajo de Punta Querandí, ya que esta experiencia atraviesa múltiples temáticas de estudio. Comenzaron a partir de 2010 y tuvieron un salto de calidad en 2017, cuando la comunidad inauguró el Museo Autónomo de Gestión Indígena para exponer los vestigios ancestrales hallados en el sitio y narrar la historia y el presente de las distintas luchas derivadas del lugar.

El lunes 13 de noviembre, llegó al territorio un grupo de veinte chicos y chicas que participan Centro de Atención Integral (CAI) San Juan Bautista de la localidad tigrense de Ricardo Rojas, acompañados por sus profesores Brian «el Mono» Díaz (Teatro), Sofía Amarilla (Educación Física) y Rita Cuello (Geografía).

Los adolescentes hicieron la visita guiada por el Museo Autónomo de Gestión Indígena y recorrieron todos los espacios significativos de la comunidad como el Monumento a la Yaguareté, la Apacheta, el Taller, la Maloka, el Opy, los senderos y la huerta, entre otros.

«Fue una experiencia muy buena, aprendí mucho, me llené de muchas cosas. Agradezco por invitarnos”, relató Elías Nievas, uno de los chicos. Milagros Santillán coincidió: «Me gustó vivir mucho la experiencia de Punta Querandí, la paz que hay y quiero seguir conociendo sobre la historia del lugar». Román Tenaiqui sumó a esos sentimientos al destacar «la vida silvestre, los talleres y las personas» de la comunidad. «La verdad que estuvo muy bueno y me gustaría volver», agregó Román.

El impulsor de la visita fue el profesor de teatro, Brian Díaz: «Hace muchos años que vengo siguiendo por redes a Punta Querandí, luego a través de Comunidad Milpa y después por un estudiante, Silvio Calé, que también se acercó”.

“Siempre me vi interesado en la lucha de los pueblos originarios, muchos chicos y adultos del conurbano de Buenos Aires tenemos parientes en el norte argentino, o abuelos que no sabemos de dónde vinieron. Para mí, la historia no nos la han contado bien”, agregó el docente.

Sobre el CAI San Juan Bautista, vinculado al Obispado de San Isidro, explicó que allí «nos dedicamos a laburar con los pibes todos los días con sus problemáticas y vivencias” y por eso él propuso esta actividad: «Punta Querandí es un lugar cercano que tiene mucho que ver con nosotros, como lo descubrimos cuando fuimos».

«SE SENTÍA ALGO QUE NOS LLAMABA»

El profesor hizo énfasis en la recorrida por el Museo Autónomo de Gestión Indígena, unos 30 minutos intensos que no sólo habla de la lucha por el territorio y los reentierros de cuerpos humanos, sino también sobre las primeras resistencias indígenas en Buenos Aires y las sistemáticas masacres del Estado Nacional contra los pueblos originarios ocurridas un siglo atrás.

“La visita al Museo fue muy impactante, yo voy todos los años a la ex Escuela Mécánica de la Armada (ESMA), donde estuvieron los desaparecidos, y fue una experiencia similar”, describió Brian Díaz y precisó que “nos sentimos muy cercanos a lo que vivieron los pueblos originarios, su desaparición, su exterminio, su persecución, su lucha, su aculturación”.

En el Museo ocurrió algo particular: algunos chicos y chicas eran protagonistas de la historia narrada, ya que tenían familiares o conocidos que habían sido parte de acontecimientos relatados durante la visita guiada, como la experiencia de la Comunidad Qom Yecthakay de Ricardo Rojas, la primera expresión organizativa de los pueblos indígenas del pasado reciente en Tigre.

“La historia y la memoria es algo que reivindica, que enorgullece, que recuerda. Recordar significa repasar por el corazón. Y la visita a Punta Querandí, para muchos que no habíamos ido nunca, fue como repasar por el corazón, por la memoria, por el cuerpo”, señaló el Mono.

Para finalizar su interesante mirada sobre la visita a Punta Querandí, el profesor afirmó: “En el ambiente se sentía algo que nos llamaba, que nos hablaba, que se nos hacía cercano y que nos reconstruyó la memoria colectiva y la historia perdida o la historia oculta que es nuestra verdadera herencia”.

Luego de un 2022 con casi 40 actividades con establecimientos educativos, el ritmo de visitas se mantuvo firme este año. En la categoría «Educación» se pueden acceder a los informes de cada una de estas jornadas: https://puntaquerandi.com/category/educacion/

FRUTOS DE DOS DÉCADAS DE LUCHA

La conformación de la Comunidad Indígena Punta Querandí se inició a partir de la aparición de restos arqueológicos que hicieron visible la destrucción de enterratorios milenarios por el avance indiscriminado de los barrios privados de “Nordelta” y “Villa Nueva”, los cuales arrasaron los humedales continentales en una zona ancestralmente habitada por querandíes, chanás y guaraníes.

A casi dos décadas de este hecho, se obtuvieron varios triunfos:

En 2020, se firmó con el Municipio de Tigre el Convenio de Propiedad Comunitaria de Punta Querandí y se formó la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar.

En 2021, se concretaron las primeras restituciones y reentierros de restos humanos ancestrales en el Gran Buenos Aires y los cursos de idiomas indígenas financiados por la Intendencia, que además otorgó un local de ventas en el Puerto de Frutos para colaborar en el desarrollo económico de las comunidades.

En 2022, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas aprobó la restitución de 42 ancestros y ancestras del sitio Arroyo Sarandí, espacio milenario destruido en los ’90 por Nordelta, y declaró «sitios sagrados» a Punta Querandí y La Bellaca.

En 2023, el Registro Provincial de Comunidades Indígenas inscribió la personería jurídica de Punta Querandí.