Preparativos para la construcción del nuevo cerco de la huerta comunitaria

Los trabajos colectivos y las visitas guiadas mantienen vivo el territorio de la Comunidad Indígena Punta Querandí, en el límite de Tigre y Escobar. Sumate a las actividades todos los domingos en el epicentro de los barrios privados responsables de la destrucción de enterratorios ancestrales y de miles de hectáreas de humedales continentales.

El domingo 28 de enero, la tarea principal estuvo ligada al inicio de la construcción del nuevo cerco de la huerta y el vivero. En primer lugar, se seleccionaron los árboles caídos y se cortaron para utilizar la madera como postes; luego se les sacó la cáscara y se acomodaron bajo el quincho para continuar con los preparativos durante los siguientes días.

Entre otras tareas, se hizo orden y limpieza del Taller, se arreglaron los alargues de electricidad y se desmalezaron algunos sectores de los senderos. Además, integrantes del pueblo mapuche trasplantaron un “chilko”, un arbusto que significa «el que nace cerca del agua». Como su nombre lo indica, crece en lugares húmedos. Y es utilizado para sanar diversos malestares.

Jesús María Orellano, vecino del barrio Padre Ricciardelli, más conocido como 1-11-14 o Bajo Flores, vino por primera vez a Punta Querandí, invitado por Lula Yebra y Borita quienes vienen participando activamente en el último tiempo.

“Estuve en Punta Querandí como debe ser un domingo, desde temprano. Y la experiencia fue notable. Quiero destacar dos palabras claves: participación y soberanía. Tienen una manera de hacerte participar donde uno realmente se siente parte a través del trabajo”, expresó Jesús, del Pueblo Mapuche.

Y agregó: “Es un lugar donde uno quiere volver a participar de la lucha, volver a aprender más, a escuchar más historias surgidas del Museo. Uno creció con la idea de que la tierra tiene que ser de quien la siembra, con la idea de que uno ejerce la soberanía, así que hay que ir, participar con el trabajo, escuchar y aprender”, concluyó el hermano.

UNA OFRENDA DESDE BOLIVIA

El domingo 4 de febrero fue otra jornada importante de trabajo comunitario. Entre otras tareas, se hicieron reparaciones al casco de lancha utilizado para cruzar el Arroyo Garín y seguimos preparando los postes para el cerco de la huerta.

Entre las visitas estuvieron Flora Aguilar, Josué Fernández Gutiérrez, Mauro Insaurralde y Dudú Chamorro, todos ellos integrantes de la Comunidad de Sikuris del Arco Iris. Algunos ya conocían Punta Querandí y otros vinieron por primera vez.

Flora Aguilar contó que vino a traer un obsequio de parte de Carla Canto, vecina aymara que vivió en el Gran Buenos Aires durante muchos años y participaba de actividades en Punta Querandí, hasta que se mudó a la ciudad de La Paz en Bolivia.

“Carla me envió con una wipala de regalo y un pedido de compartir un sahumito y tocar algunas melodías en el territorio al que ella le tiene mucho cariño”, manifestó Flora.

Otras visitas fueron Sandra, vecina de Ingeniero Maschwitz, y Soledad Visconti de Benavidez, quien estaba con su familia pescando del otro lado del Arroyo Garín y vino a conocer, aunque casualmente hace poco había estado en el local de la Unión de Pueblos Originarios en el Puerto de Frutos de Tigre.

Para finalizar la jornada, compartimos una merienda y luego fuimos al árbol de Umita, como llamamos al cina-cina bajo el cual fue enterrada la placenta de Uma Naira Pérez Mariaca, una niña que falleció en 2018 a los dos años y vivió toda su vida conectada a sus raíces culturales quechua-aymaras y al territorio de Punta Querandí.

Ese árbol, ubicado al lado del Museo Autónomo de Gestión Indígena, fue el lugar elegido para hacer el sahumo enviado por Carla Canto desde la capital boliviana. “La intención fue fortalecer a los hermanos y al espacio porque, a pesar de que Punta Querandí logró un montón de cosas, hoy los derechos indígenas están siendo atacados”, agregó Flora Aguilar, vecina del barrio porteño de La Paternal.

Como cada domingo, invitamos a sumarse a estas convocatorias abiertas. El trabajo colectivo ha sido el eje fundamental para lograr el reconocimiento de los derechos de la Comunidad Indígena Punta Querandí y la protección del sitio sagrado. Para ver lo realizado durante los últimos meses, entrá a https://puntaquerandi.com/category/jornadas-comunitarias.

PRÓXIMA CELEBRACIÓN

El domingo 25 de febrero, se festejará el 14º aniversario del acampe en defensa de Punta Querandí, una medida clave que consolidó la posesión indígena del territorio. Se compartirá el almuerzo y habrá números musicales, de danzas y oradores. En breve brindaremos más información sobre esta celebración abierta.

FRUTOS DE DOS DÉCADAS DE LUCHA

La conformación de la Comunidad Indígena Punta Querandí se inició a partir de la aparición de restos arqueológicos que hicieron visible la destrucción de enterratorios milenarios por el avance indiscriminado de los barrios privados de “Nordelta” y “Villa Nueva”, los cuales arrasaron los humedales continentales en una zona ancestralmente habitada por querandíes, chanás y guaraníes.

A dos décadas de este hecho, se obtuvieron varios triunfos:

En 2020, se firmó con el Municipio de Tigre el Convenio de Propiedad Comunitaria de Punta Querandí y se formó la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar.

En 2021, se concretaron las primeras restituciones y reentierros de restos humanos ancestrales en el Gran Buenos Aires y los cursos de idiomas indígenas financiados por la Intendencia, que además otorgó un local de ventas en el Puerto de Frutos para colaborar en el desarrollo económico de las comunidades.

En 2022, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas aprobó la restitución de 42 ancestros y ancestras del sitio Arroyo Sarandí, espacio milenario destruido en los ’90 por Nordelta, y declaró «sitios sagrados» a Punta Querandí y La Bellaca.

En 2023, el Registro Provincial de Comunidades Indígenas inscribió la personería jurídica de Punta Querandí.